Nieto de un músico exitoso e hijo
de uno frustrado que sin embargo le enseñaría con rigores extremos. Su verdadero
y más influyente maestro fue Christian Gottlob Neefe, quien le instruyó musical
y filosóficamente con resultados que impresionaron a Mozart. También recibió clases
de composición de Haydn, Schenek y Albrechberger. Así Beethoven fue en sus
inicios un virtuoso del piano con mucha fama y luego se convirtió en uno de los
compositores fundamentales de la música, de hecho una de las famosas “Tres B”
que hacen referencia a lo máximo de la música académica según Peter Cornelious:
Bach, Beethoven y Berlioz. Luego el último fue sustituido por Brahms en la
opinión de Hans von Bülow.
La identificación de Beethoven con la revolución francesa y las ideas libertarias, las llevó al plano musical, rompiendo convenciones, comunicando claramente sus ideas y emociones con el propósito de expresarse artísticamente y no simplemente de entretener. Su música logró tan alta admiración, que le permitió obtener el apoyo económico para convertirse en el primer artista y compositor independiente de la historia. Tres admiradores aristócratas le pensionaron de por vida con la única condición de que no abandonara Viena. Algunos problemas de sus benefactores afectaron su pensión, lo que hizo necesario que aceptará algunos encargos para poder subsistir en sus últimos años.
La identificación de Beethoven con la revolución francesa y las ideas libertarias, las llevó al plano musical, rompiendo convenciones, comunicando claramente sus ideas y emociones con el propósito de expresarse artísticamente y no simplemente de entretener. Su música logró tan alta admiración, que le permitió obtener el apoyo económico para convertirse en el primer artista y compositor independiente de la historia. Tres admiradores aristócratas le pensionaron de por vida con la única condición de que no abandonara Viena. Algunos problemas de sus benefactores afectaron su pensión, lo que hizo necesario que aceptará algunos encargos para poder subsistir en sus últimos años.
En 1817 negocia con la Sociedad Filarmónica
de Londres, la composición de su Novena Sinfonía Opus.125 “Coral” (1824). Friedrich
von Schiller en 1785 escribió el texto de la “Oda a la Alegría” y Ludwig van
Beethoven compuso su música como parte de la Novena Sinfonía (1824). En 1972 se
adoptó la “Oda a la Alegría” como himno del Consejo de Europa y 1985 se convirtió
en el himno de la Unión Europea.
Mis obras favoritas de Beethoven son:
1799 –
Sonata para Piano N°8 Opus 13 “Patética”
1801 –
Sonata para Violín N°5 Opus 24 “Primavera”
1801 –
Sonata para Piano N°14 Opus 27 “Claro de Luna”
1808 – Sinfonía
N°5 Opus 67 “El Destino”
1811 –
Concierto para Piano N°5 Opus 73 “El Emperador”
Para mí al igual que para muchos su obra maestra es la Quinta Sinfonía Opus 67 “El Destino” simplemente impresionante de comienzo a fin. La Orquesta Juvenil Simón Bolívar dirigida por Gustavo Dudamel debuta en el 2006 en el sello Deutsche Grammophon interpretando esta sinfonía espectacularmente. La más celebrada mundialmente es la de Carlos Kleiber dirigiendo la Vienna Philharmonic Orchestra (1975). Entre tantas interpretaciones que existen destacaría también la de Herbert Blomstedt dirigiendo la Staatskapelle Dresden Orchestra, como parte de su famosa integral (las nueve sinfonías) estas interpretaciones son recomendadas para fines académicos por lo ceñidas a lo especificado por el autor.
La música de Beethoven se asocia
con la esperanza, la lucha y la libertad. Claro que existen otros motivos e
inspiraciones como el amor y la naturaleza, pero la intensidad y la fortaleza
de su música, su imagen y carácter, es por lo que se le identifica con el rock
como ningún otro compositor académico. En mi caso mucho más desde que escuché
la versión de Miguel Ríos del “Himno a la Alegría” que viene en su álbum “Rock
& Ríos” (1982), luego a Yngwie Malmsteen improvisando la Quinta Sinfonía en
su álbum “Trial by Fire: Live in Leningrad” (1989).
Creo que cualquier persona ha
escuchado su música desde niño aún sin saberlo. Por ejemplo la “Marcha Turca” Opus
113 N° 4 cada vez que vimos “El Chavo”. Así que hasta el que no escucha la
música académica (o clásica) puede afirmar yo he escuchado esa melodía antes.
Posiblemente mientras esperaba a que lo atendieran en una central telefónica,
aunque no fue compuesta con ese propósito e inclusive las personas desconozcan
el nombre de su autor, lo importante es que su música sigue sonando después de 200 años.
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